El noreste del país es orgulloso y tiene razones para serlo, una de ellas es Monterrey.
En un principio esto no me quedaba claro, llegamos un sábado por la tarde, cansados del largo viaje de catorce horas desde Tlaxcala. Había reservado un hostal, con la advertencia previa de que tenía malas reseñas, sin embargo me pareció un buen deal. Al llegar no debió sorprenderme que nadie nos recibiera, que el lugar no fuera un hostal, sino cuartos para estancias más largas que eran rentados a personas con dudosos antecedentes, mejor conocido como un «desnucadero». La ciudad estaba paralizada por el partido de fútbol clásico regio: Tigres contra Rayados. Buscamos otro sitio para pernoctar, y después de varias vueltas, al rededor de la Av. Madero, zona de tugurios y hoteles de paso, encontramos una buena oferta en un hotel limpio, con estacionamiento, Internet y desayuno bufet incluido, Hotel Plaza del Arco. Sin embargo, como la zona no es muy agradable, buscamos otro sitio y encontramos un lugar ideal, el Hostal Monterroco en una zona habitacional, con un servicio estupendo y una tarifa excelente. Es una casa enorme, acondicionada para ser un hostal, con todos los servicios, y la agradable sensación de sentirse «en casa». Otra opción para estar en el centro de todo es La Casa del Barrio, un hostal en el Barrio Antiguo que parece más bien un hotel boutique, su dueño es muy amable y dispuesto a ayudar y en las mañanas tiene un cafetería especializada en waffles.
Ya asegurado donde dormir había que buscar qué hacer, y Monterrey es una ciudad que ofrece mucho:
Para empezar a hacernos una idea fuimos a la oficina de turismo, al final de la Macroplaza. Esas ubicada en un majestuoso edificio Art Deco que alberga exposiciones de arte. El servicio no es el mejor, pero pudimos obtener algunos folletos y mapas, y enterarnos del programa Nuvo León se suma, una tarjeta para obtener descuentos en las diferentes atracciones, así como hoteles y restaurante, es gratuito e incluye muchos sitios. Después fuimos a pasear al Barrio Antiguo, como era domingo nos topamos con el mercadillo de antigüedades sobre la calle Mina, curioseamos entre los puestos, y nos metimos a comer a un bistro-galería con comida casera a muy buen precio llamado TodoSantos y para rematar me tome un diablito (bebida a base de agua mineral Topochico, sal, limón, y chilito piquín) en la tiendita de la esquina, también nos encontramos con una pequeña pero valiosísima exposición de arte huichol creada por la familia Bautista Carrillo en la Galería Regia. Ya al atardecer nos fuimos al Parque fundidora, nos dio tiempo de visitar el Centro de Artes III, donde pudimos apreciar la obra de Roberto Arcuate «Exploraciones sensitivas», una exposición accesible y al mismo tiempo impactante, donde el espectador puede integrarse fácilmente. Ya después salimos a pasear por el parque, pensamos en rentar una bici, pero no traía los zapatos adecuados, así que nos sentamos en el pasto a observar a las familias que disfrutaban la tarde del domingo sobre la bicicleta, caminando, jugando o descansando en una banca.
Palacio de gobierno y atrás el edicicio que alberga las oficinas de turismo
El segundo día pudimos disfrutar de la compañía de un amigo de la familia que nos llevó a pasear por las zona de San Pedro, hasta subir al Chipinque, un parque que ahora ya esta en gran medida poblado por residencias de lujo de las familias acomodadas de Monterrey. Después de un lindo paseo ilustrativo de la zona nos llevó a comer a La Nacional una cantina clásica en la calle Madero, comimos unos deliciosos taquitos de fideo y la especialidad de la semana: lechón. El servicio y la comida son excelentes, y el lugar patrocina un proyecto muy interesante llamado Acción poética, una serie de grafittis con mensajes inspiradores y reflexivos.
Otras actividades que realizamos fue el recorrido en el Paseo Santa Lucía ($40 por persona, 2×1 con la tarjeta NL se suma), primero en la lancha y de regreso caminando a la orilla del canal al atardecer, ya que había bajado el aplastante sol de verano. Subimos al cerro del Obispado a observar un atardecer de altura y las excelentes vistas de 360 grados. Visitamos el Museo de arte contemporáneo (el miércoles porque es gratuito), una joya arquitectónica creada por el arq. Ricardo Legorreta, que alberga exposiciones de la más alta calidad, en esta ocasión nos toco apreciar la creatividad depositada en las llantas («Lágrimas negras» de Betsabé Romero) y la realidad aumentada («Pintura 1997-2009» del regiomontano Victor Rodriguez), así como la bien seleccionada exposición permanente. El Museo del Noreste ($80 incluye el Museo de Historia y el palacio de Gobierno) donde observamos una mágnifica explicación del trabajo de curador y museografía, y la exposición permante de cinco pisos explicando extensamente las relaciones, historia, sociedad, naturaleza, eonomía y cultura de la Tamaulipas, Nuevo León, Coahuila y Texas. También fuimos a La Casa de los Títeres, un pequeño museo con títeres de todo el mundo, en su mayoría donados por compañías que visitaron Monterrey para el Forum Universal de las Culturas, al final nos pusieron un video de un genio del teatro de sombras Ricahrd Bradshaw. El Museo del Vidrio de la empresa Vitro es una crónica de la historia de la empresa, del vidrio, pero omite la parte técnica de la realización del vidrio, tiene una interesante colección de arte contemporáneo realizado con este versátil material. Por último visitamos las instalaciones de la Cervecería Cuauhtémoc-Moctezuma (las visitas son con previa cita y se debe de llevar pantalones, zapatos cerrados y playeras con mangas), al principio fuimos aleccionados sobre la estructura de la empresa y sus productos – un poco de publicidad- y después pudimos visitar las instalaciones de envasado; conocimos el Salón de la fama del béisbol, y nos tomamos una cervecita carta blanca de cortesía.
Esta gran ciudad, asociada con la industria y el progreso guarda también tesoros culturales y muchas bellezas naturales a sus alrededores. Pasamos una excelente semana disfrutando todas las ofertas turísticas, y conviviendo con sus habitantes, gente de trato directo, pero amable y acostumbrada a que las cosas funcionen y se muevan.
Como lo dije en un principio, hay muchas razones para estar orgullosos.
Barrio Antiguo
Diablito mmmm
La Fundidora (Horno 3)
Paseo Santa Lucía
Parque fundidora
Amigos paisanos les falto visiar presa de la boca grutas de garzia y la cola de caballo lugares magicos de monterrey grasias x espresarte bien de mty.
By: Angel on abril 23, 2011
at 8:58 am
nos encantó Monterrey y su gente, esperamos regresar pronto
By: plastilupe on mayo 22, 2011
at 6:42 pm
que bueno que hablan bien de mi tuerra
bienvenidos
By: adrian contreras on abril 1, 2012
at 8:30 pm